Y aunque a veces me deje llevar por el momento.Pronto veo que no vivo en mi nube.
Caigo en la realidad y que soy inmune al que dirán los demás.
Sobretodo mi familia.
No les ha pasado que están a punto de hacer algo nuevo, sea bueno o malo, pero llega alguien y te restriega en la cara todo aquello que ha hecho por ti?.Y luego te vas a todas partes con ese pensamiento.Aquello que te dice que todo lo que tu hagas está fríamente calculado y que cargas con un peso pesado en la espalda ya que eres la única de la familia que debe terminar sus estudios para ser profesional.Bueno algo así pasa eventualmente en mi cabeza.
La maldita frase: "tu nunca nos defraudarías" me la dicen a cada rato.
Defraudar,
defraudar,
defraudar.
El caer es parte de la vida, pero ¿defraudar?, para mi familia no existe.Es que ellos se mal acostumbraron a que en mí todo fuera diplomas, premios de colegio y felicitaciones.Ellos solo ven lo bonito de mí.No me conocen.
Tampoco lo harán.
Hay cosas que hice ( y no me arrepiento) que no son necesariamente buenas.Pero como les dije ellos solo conocen lo bonito de mi.Que quede claro que tampoco no quiero ser la oveja descarriada de la casa.Van a ver decisiones que les pueden o no gustar.Tendrán que aceptarlas y darse cuenta que no todo es color de rosa.No seamos ciegos ante la realidad.

